La vida no es como el teatro, que puedes ensayar las veces que quieras, hasta que te salga bien. Tienes que arriesgarte. Y cuando lo consigas, no esperes que te aplaudan y se baje el telón.
domingo, 7 de abril de 2013
En algún momento te darás cuenta que has hecho demasiado por alguien y que el siguiente paso sólo puede ser pararse, dejarlo sólo y alejarse. No es que estés renunciando o que no lo hayas intentado con suficientes fuerzas, es que debes entender que has sobrepasado la línea de la determinación hacia la desesperación. Lo que es verdaderamente tuyo tarde o temprano lo será, y lo que no lo es, no importa lo mucho que te esfuerces porque nunca lo será.
martes, 2 de abril de 2013
Te autorizo, plenamente,
a que creas de mí
lo que tú quieras creer,lo que a ti te guste,
y aún así...
estaremos de acuerdo.
Seré para ti
lo que tú quieras ver;
de tu mente y tu alma
no seré más que un reflejo.
Al verme por ahí, recuerda:
Tienes mi autorización
para pensar sobre mí
lo que tú desees;
que soy malo,
o que soy bueno...
Puedo ser un bonito presente,
o bien podré ser, para ti,
tan sólo un breve
e importuno recuerdo.
Y no me temas, princesa,
pues, a decir verdad,
aunque me gusten los besos,
yo no lastimo,
yo nunca muerdo...
Bueno, tal vez,
sólo los labios, un poco,
pero sé que, quizás,
en ello estemos de acuerdo.
Lo que tú quieras pensar
sobre mí persona,
será válido, y correcto.
Lo que decimos de los demás,
a menudo, dice más
de nosotros mismos
que de los otros...
Si indagas en tu interior
me dirás: “en eso concuerdo”.
En fin, sólo te digo que:
Yo, te doy mi absoluto permiso
para que tú
pienses que estoy loco,
si éso quieres,
pero eso sí...
no te permito
bajo ningún concepto
que me trates como a un cuerdo.
a que creas de mí
lo que tú quieras creer,lo que a ti te guste,
y aún así...
estaremos de acuerdo.
Seré para ti
lo que tú quieras ver;
de tu mente y tu alma
no seré más que un reflejo.
Al verme por ahí, recuerda:
Tienes mi autorización
para pensar sobre mí
lo que tú desees;
que soy malo,
o que soy bueno...
Puedo ser un bonito presente,
o bien podré ser, para ti,
tan sólo un breve
e importuno recuerdo.
Y no me temas, princesa,
pues, a decir verdad,
aunque me gusten los besos,
yo no lastimo,
yo nunca muerdo...
Bueno, tal vez,
sólo los labios, un poco,
pero sé que, quizás,
en ello estemos de acuerdo.
Lo que tú quieras pensar
sobre mí persona,
será válido, y correcto.
Lo que decimos de los demás,
a menudo, dice más
de nosotros mismos
que de los otros...
Si indagas en tu interior
me dirás: “en eso concuerdo”.
En fin, sólo te digo que:
Yo, te doy mi absoluto permiso
para que tú
pienses que estoy loco,
si éso quieres,
pero eso sí...
no te permito
bajo ningún concepto
que me trates como a un cuerdo.
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